Al llegar al aeropuerto de Lima, mi querido Segundo, el chofer, ya me estaba esperando para en las próximas 5 semanas recorrer casi 7000 km.

Salimos de Lima muy temprano con destino a la Península de Paracas. El camino, a lo largo de la costa del Pacífico, se constituía por pequeños pueblos pesqueros como Pucusana, donde pudimos observar a algunos pescadores descargar su pesca nocturna en el puerto. 

A 200 km al Sur se ubica Nazca, famosa por sus impresionantes figuras visibles desde el aire, las llamadas Líneas de Nazca.

Nuestro siguiente destino fue Cusco, la ciudad histórica de la cultura inca.

Para la mayoría de  turistas, Cusco, es el punto de partida de un viaje de un día en tren a Machu Picchu, ida y vuelta.

En la estación de Ollantaytambo me esperaba Segundo, mi chofer.

Nuestro siguiente destino fué el Cañón del Colca.

Desde Arequipa nos dirigimos a Cabanaconde, ubicado en el Cañón del Colca.

El punto más al sur de nuestro recorrido fue alcanzado y ahora nos dirigimos al norte.

Desde el Parque Nacional Huascarán seguimos hacia el norte.

Seguimos hacia el noroeste hasta el pequeño pueblo de Chachapoyas, situado al borde del Amazonas.

Viajamos todo un día para llegar a Piura, donde me despedí de mi fiel compañero y chofer, Segundo, quien tuvo que regresar a  Lima.

Iquitos es la ciudad más grande de la selva tropical del estado andino de Perú y el punto de partida de excursiones de uno o más días adentro del paisaje fluvial del Amazonas.